Morriña?
Llevo cinco días; cinco días sin piso, durmiendo en la tienda o en un Hostal y comiendo de supermercado. Cinco días de mala, de muy mala ostia. Y es que hay pocas cosas que me molesten tanto como el salir de trabajar y verme, con mis horitas de chollo y su correspondiente cansancio encima, en la tesitura de tener que buscar alojamiento un día tras otro. Cádiz, con todo lo bonita que es la ciudad y lo maja que es su gente, no es sitio para improvisar en esta época en lo que a dormir se refiere: sólo hay sablazos para turistas y pisos compartidos para estudiantes. Pero esto mejorará, seguro.
He de reconocer, en cualquier caso, que estoy echando de menos aquello. Y sinceramente, no creo que eso de la morriña sea un tipo de constreñimiento patético del alma, un ejercio de paroxismo del que adolecemos los gallegos. Es mucho más simple que todo eso: Galicia es bella, bella de cojones. Así de sencillo. El mar, el cielo...no son los mismos. Pero vaya, como decía mi bisabuela " nunca choveu que non escampara".
P.D: Tras cinco días como funcionario no he encontrado evidencia alguna que pueda desmentir ese bulo popular según el cual las administraciones públicas funcionan como el culo, pero sigo en ello.