Wednesday, February 28, 2007

DE LOS COCHES, TRANSPORTES PÚBLICOS Y OTRAS COSAS CON RUEDAS...PARTE I
Los medios de trasnporte; esas cosas que nos traen y nos llevan (ah, la liverté...que decía mi amigo el gabacho)...y en el camino suelen quitarnos hasta el útimo duro.
Ahí va una retrospectiva de mis medios de transporte por orden cronológico. Me he saltado el cochecito y el tacataca, porque la verdad es que no los recuerdo muy bien ;p.

1984-1993: La bici y el skate:

Ah!. Aquellos maravillosos años...si hasta parece que va a salir cantando Joe Cocker...Lo primero en llegar fue la bici; una en plan verano azul, por supuesto. Con cuatro años, cuando vivía en la Estrada, me quitaron los ruedines. Al día siguiente ya bajaba solo la cuesta de mi calle. A los dos días me quedé sin frenos en mi alegre descenso: por suerte estaba allí la valla de una obra para frenar a mi desbocada Espada, y tras dos metros de caida un montoncito de arena para frenarme a mi. Creo que fue la primera de cientos de galletas!
Luego, el monopatín, ya viviendo en Villagarcía; uno de esos estrechitos y de plástico. Por supuesto también bajaba la cuesta de mi calle, y también calleron algunas buenas toñas.
A los once años me compraron por reyes mi primer skate en condiciones. Una Powell-Peralta, con unas ruedas Bones, unos míticos ejes Tracker y rodamientos rusos, que venían a ser lo que alder es a los neoprenos: el mínimo exigible al mejor precio.
A partir de ahí enfermo, total y perdídamente enfermo. Que si saltar tablas de canto, que si en tal calle hay una obra nueva, que si en tal otra han pintado los bados(que anda que no molaba pa grindar la pintura amarilla de los bados!!)...Ollie flip one foot north, nollie to fakie, impossible, y todo el día diciendo Yeeeeaaaahhh!!...La verdad es que era bastante flipado y un poquito gilipollas, pero bueno, era peque y me lo pasaba bien. La música tirando a heavy(del de quinceañeras, eso si) y por supuesto también escuchaba a Las Guindillas Rojas Picantes de California...aiii...que recuerdos!.
Cuando llovía pillábamos la bici; mítica Torrot BMX en plan E.T.; rompí unas cuantas catalinas y me arranqué algún que otro trocito de carne de las espinillas con el pedal. Mi segunda y útima tabla fue una igual a esta de arriba, una Powell Toni Hawk, pero con un grip negro y sin esos refuerzos tan horteras en nouse y tail. Así segui hasta los catorce:todo el día en la calle, viajitos a Vigo en tren y colándome en obras y pabellones. Algún día había que salir corriendo, pero de buen rollito... la verdad es que lo echo de menos!. Una vez en Lugo le di en una canilla a una ancianita...fue un terrible fallo de cálculo, lo juro! En cuanto a los daños colaterales tendría que añadir el coche de un Concejal, pero respecto a esto sin nigún tipo de arrepentimiento: resultó ser un chorizo, así que me gusta pensar en el caso como en una manifestación de la divina providencia, jeje...
Luego cumplí los catorce y pegué el estirón. Mis rodillas dijeron que no más y lo tuve que dejar. En fin, no fue una mala época!

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